jueves, 29 de mayo de 2008

Universidad pública y sobredosis de TV

Todos vimos ayer por televisión las imágenes de la toma del rectorado de la Universidad de Buenos Aires, por lo que parecía ser un grupo de barbaros irracionales. Violentos, militantes disfrazados de alumnos, provocadores. Violentos, demasiado adultos para ser estudiantes, demasiado jóvenes para ser militantes. Barderos, provocadores, violentos. Violentos, una palabra que apareció repetidamente en cada nota de los diarios matutinos. Violencia contra los símbolos patrios, contra la bandera, contra la marmórea calva de Sarmiento, contra los legendarios muros de la honorable Universidad de Buenos Aires. Profanadores, saqueadores, destructores...

Todos los medios enfatizaron la violencia con la que los estudiantes del CBC de Merlo reclamaron una respuesta del rectorado. Una respuesta que esperan desde hace más de 60 días, cuando unilateralmente la Municipalidad de Merlo abandonó el edificio, se borró, dejó puesto un candado y hasta luego. Se muestran por televisión las imágenes del rectorado pintado, la violencia del reclamo. Violencia, violencia, violencia. La caja boba reproduce al infinito su perorata vacía y funcional. Esa misma caja que pretende proyectar la realidad, no emite una sola imagen que refleje la contraparte de la violencia: como estos chicos, sus padres y sus profesores estan trabajando para contrarestar la violencia con la fueron desalojados y la violencia que reciben día a día de las autoridades de la UBA que, a poco de terminar el cuatrimestre, no da una respuesta. Nadie rescata que hace más de 60 días jóvenes estudiantes, docentes y padres están sosteniendo la posibilidad de seguir estudiando, en condiciones infrahumanas, sin agua y sin luz, con la colaboración de los vecinos y distintas organizaciones sociales.

Ni el municipio de Merlo ni la Universidad de Buenos Aires se hacen cargo de solucionar esta situación, ni de mejorar sus condiciones de habitabilidad. Los medios, siempre listos para cubrir la noticia, especialmente atentos al morbo de la violencia explícita, no hicieron su aparición en el lugar donde se generó la noticia. Merlo, un feudo del conurbano, gobernado desde que tengo memoria por un tipo al que la educación pública le interesa si puede hacer negocio con ella.

Violentos, fanáticos, politizados. El hecho de que la FUBA y algunos partidos participen y acompañen el reclamo... ¿Le quita legitimidad?. ¿No puede haber estudiantes-miliantes, miliantes no-estudiantes o estudiantes independientes, docentes partidarios y no partidarios, que se sienten afectados por este atropello?. Semejante perjuicio a la educación publica nos afecta a todos: estudiantes, vecinos, docentes, organizaciones sociales, partidos politicos, la iglesia, el papa de Roma y cuanto actor social se nos ocurra. Los medios también deberían hacer su autocrítica y pensar si no están promoviendo una filosofía del "salvese quien pueda", en el que cada uno se preocupe por lo estrictamente cercano y nada más. Pero pedirle reflexión a la caja boba, o la caja viva, es un despropósito.

Hacer politica es hacerse cargo. ¿Nos hacemos cargo de la violencia que implica dejar que los chicos de familias trabajadoras de la zona oeste pierdan o vean limitado su acceso a la universidad pública?.


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